Comentario
Los vinos y la embriaguez
No tienen vino de uvas, aunque se hallaron vides en muchas partes, y es de maravillar que habiendo cepas con uvas, y siendo ellos tan amigos de beber más que agua, cómo no plantaban vides y sacaban vino de ellas. La mejor, más delicada y cara bebida que tienen, es de harina de cacao y agua. Algunas veces le mezclan miel y harina de otras legumbres; esto no emborracha, antes bien refresca mucho, y por eso lo beben con calor y sudando. Hacen vino de maíz, que es su trigo, con agua y miel. Se llama atulli, y es muy corriente brebaje en todas partes, y lo mismo es de todas las demás semillas; pero no emborracha si no lo cuecen o confeccionan con algunas hierbas o raíces. En las comidas ordinarias se contentan con ello, y hasta con agua, que basta para sustento de la vida; mas en partos, bodas y fiestas de sacrificios quieren bebidas que los embriaguen y desatinen; y entonces mezclan ciertas hierbas que, con su mal zumo o con el olor pestífero que tienen, encalabrinan y desatinan al hombre mucho peor que vino puro de San Martín, y no hay quien les pueda sufrir el mal olor que les sale de la boca, ni la gana que tienen de reñir y matar al compañero. Cuando se quieren embriagar de veras, comen unas setillas crudas, que llaman teunanacatlh, o carne de Dios, y con el amargar que les ponen, beben mucha aguamiel o su vino común, y en poco rato quedan fuera de sentido; pues se les antoja ver culebras, tigres, caimanes y peces que los tragan, y otras muchas visiones que los espantan Les parece que se comen vivos de gusanos, y como rabiosos, buscan quién los mate, o se ahorcan. Cuecen también ajenjos con agua y harina de chiyán, que es como zaragatona, y hacen vino amarguillo, que muchos lo beben sin que les amargue. Barrenan palmas y otros árboles, para beber lo que lloran. Beben el licor que destila un árbol llamado metl, cocido con ocpatli, que es una raíz a la que, por su bondad, llaman medicina del vino. Es poco saludable, es muy dañoso y emborracha gentilmente. No hay perros muertos ni bomba que así huela, como el aliento del borracho de este vino. A los que se emborrachan fuera de las fiestas públicas y convites que hacen, con licencia del señor o jueces, los trasquilan en medio de la plaza y le derriban la casa, porque quien pierde el seso por su culpa no merece tener morada entre hombres de razón. Bebían para enloquecer, y locos, se mataban o mataban a otros. Se echaban con sus hijas, madres y hermanas sin diferencia, y para tanto mal, chica pena era. También se emborrachan después que son cristianos, pues les sabe mejor que los suyos; y para quitarles la embriaguez, a que tanto se dan, los hacían por justicia esclavos, y los vendían a cuatro o cinco reales por un mes.